LATÓN II, arag., murc. almer., ‘fruto del almez’, derivado del lat. LĶTUS, tomado del gr. λωτóς ‘almez’.
1.ª doc.: lidonero ‘almez’, h. 1330, Juan Manuel, Rivad. LI, 252.
Según García Soriano se dice lirón, -ero, en el Centro, Sur y Sudeste de Murcia, alatón, -ero, en el Noroeste de esta región; latón he oído también en Bédar (Almería), y esta forma se extiende por amplias zonas de Aragón, particularmente en la Puebla de Híjar (BDC XXIV, 173); en Fonz dicen llironero (AORBB II, 260); la Acad. registra como aragonesas latonero (ya 1843) y otras variantes; lodón ‘almez’ Terr.; íd. en la Ribera salmantina del Duero, RDTP V, 106; arag. litón y litonero, Peralta (1836). En la toponimia existen Lodón (Oviedo), Torrelodones (Madrid), por más que éste es nombre de fecha arcaica, en genitivo singular TURRIS LOTONIS (‘torre del almez’); y el pueblo catalán de Teruel llamado Lledó recibe en aragonés el nombre de Lidón. Como formas portuguesas citaré especialmente lódão (con o abierta y sufijo -ହNUS átono), valioso para la etimología, y lotonario aparece ya en un documento portugués de 1067 (ZRPh. XXXV, 394). En catalán hay lledó y lledoner, para el fruto y el árbol, el primero ya documentado a fines del S. XIV (Eiximenis, Regiment, 25.14; Turmeda, Divisió, 107)2, en el Pallars y en las Garrigas he oído lladó, en el Priorato llidoner; lliró y llironer en Valencia (ya Sanelo, S. XVIII), oído en Carlet, pero la forma lleó (< lledó) reaparece en Jijona, etc. Fuera de la Península Ibérica llamaré sólo la atención hacia Istria lodogno, Pirano ladogno, croato de Istria ladonja, esloveno london (Schuchardt, ZRPh. XXXV, 394-5); en cuanto al girondino ledoune ‘fruto del madroño’ (Moureau), landés auledoun, Guyenne ledouno, vendrán de UNÈDO , -ĶNIS, íd., en vista del significado, y de que en los dialectos gascones es regular la conservación de la -D- intervocálica.
Pero tal etimología sería imposible para los nombres iberorromances, por razones semánticas y fonéticas (pues en catalán y portugués la -D- cae sin excepciones), y es innecesario e inaceptable suponer con G. de Diego (RFE XI, 336-8) que este vocablo tuviera algo que ver con ellos. Schuchardt (ZRPh. XXIV, 420; XXVIII, 194; XXIX, 223; para otras denominaciones del mismo árbol, ZRPh. XXXIV, 338-42; XXXV, 385-96) demostró que nuestro vocablo procede del gr. λωτóς, que si en Grecia designaba una planta forrajera, en Libia se aplicó al azufaifo, y en otras partes de África al almez, según atestiguan Teofrasto y otros3; también el lat. LOTUS, tomado del griego, se aplicó a varias plantas, pero según Meyer, Geschichte der Botanik, es nombre del almez en el español Columela. El derivado LOTO, -ĶNIS, que suponen la mayor parte de las formas hispánicas, pudo ya existir en la Antigüedad, puesto que en unos Hermeneumata Vaticanos transmitidos en ms. del S. X ya se lee la glosa «λωτων: loto» (CGL III, 428.47).
La -t- de las formas aragonesas es regular dialectológicamente, y de allí debió propagarse hacia el Sur; el paso de lodón a ledón es disimilatorio, y no es de extrañar que tras la inicial palatalizada ll-, propia del catalán y de algunas hablas aragonesas, la e se convirtiera en i (no hay por qué hacer intervenir la inverosímil contaminación, propuesta por Castro, del lat. arcaico lĭtŭus ‘bastón’, que no ha pasado al romance, y tampoco facilitaría la explicación fonética); finalmente la -r- se explica como la del cast. vg. seguirilla, val. se-guerós < sedegós, etc.
DERIV.
Latonero ‘almez’ y variantes, V. arriba.
CPT.
Lotófago.
1 Lodoñero ‘guayaco’ (Acad. ya 1884) es uno de tantos casos de aplicación del nombre de un árbol europeo a uno americano diferente, pero comparable.― ↩
2 Y como nombre de lugar ipso Ledono ya en 1008 (Cartulario de Sant Cugat II, 61).― ↩
3 Como cultismo loto figura ya en Aut., aplicado a plantas africanas diferentes del almez. ↩